martes, 30 de junio de 2009

Me siento gobernada por todo lo que puede existir en esta tierra, me gobierna el amor, la tristeza, la duda, el llanto, la risa, la felicidad, la amargura, la soledad, la compañía, el tiempo, el destiempo, la espera , la desespera, la ilusión, la desilusión, la ira, la lujuria, la gula, el vicio, el horror, la decadencia, la apariencia, la desdicha, la fortuna, el azar, la perdición, la ambigüedad, la huida, el reencuentro, el odio, la bronca, la idiotez, la insensatez, la locura, la verborragia, la especulación, lo trivial, lo superfluo, lo innato, lo cotidiano, lo transparente, lo añejo, lo sucio, lo viejo y lo nuevo.

Soy tan gobernable, que me transformo en ingobernable de mi misma, mi gobernabilidad colapsa en una caída en picada de sí misma, y pierde equilibrio y se derrumba. Una caída libre de mi gobernabilidad, que me hace tan ingobernable como la misma naturaleza.

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